Si te gusta el marisco, no puedes perderte el Mourne Sea Food Bar: es una pescadería con un excelente restaurante y está especializado en ostras, chowder (una sopa cremosa de pescado), mejillones, salmón, caballa y pescado del Mar del Norte.
The Ginger Bistro promete comida de calidad en un ambiente relajado, con un menú perfectamente equilibrado que hace hincapié en el marisco de origen local y las carnes magras. También revisita los clásicos irlandeses con un toque internacional.
Si quieres vivir una auténtica experiencia gastronómica de alto nivel, Ox es tu sitio: se ha ganado una estrella Michelin gracias al revolucionario concepto de su cocina. Reconvertido de una antigua fábrica de azulejos, Ox encanta con su paraíso gourmet. ¿Sus platos estrella? El cordero de Mourne con achicoria y el cerdo estofado con zanahoria y remolacha. Abre todos los días para comer y cenar, excepto los domingos.
Otro restaurante con estrella es el sofisticado y elegante Eipic, de Michael Deane, que sirve ingredientes locales de alta calidad cocinados al más alto nivel. El menú es de temporada y, por tanto, cambia semanalmente. Experimentarás sabores sutiles creados con productos locales y de temporada de la mejor calidad, delicadamente preparados y presentados a la perfección.
Para un fabuloso brunch, dirígete a dos lugares. A Established Coffee para un menú tradicional, sin variaciones extravagantes: sólo platos sanos, raciones generosas y platos conocidos como huevos benedict y florentine acompañados de un excelente café elaborado localmente.
O en Hadski’s, que en cambio ofrece una cocina refinada, con productos de kilómetro cero e inspiraciones claramente mediterráneas. Grandes clásicos como Bacon, Egg & Chips, revisitados en versión gourmet y con raciones muy generosas.