Alquiler de coches en Irlanda
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Lo primero que hay que saber y tener en cuenta al conducir en Irlanda es que aquí se conduce por la izquierda, como en todos los países anglosajones.
No es tan difícil y traumático como puede parecer: sólo requiere un poco de práctica y algunos pequeños trucos. Una vez que te familiarices con las novedades, verás que es extremadamente fácil conducir en Irlanda.
También hay una marcada diferencia entre las calles extremadamente caóticas y concurridas de Dublín y las de las zonas rurales, donde reinan la paz, la tranquilidad y el sosiego. Hay zonas en las que tus únicas compañeras de viaje serán las ovejas que te observan desde detrás de prados vallados y la naturaleza más virgen.
Los irlandeses que conducen son muy amables: nadie te negará nunca indicaciones, ayuda o una simple charla de ventanilla a ventanilla. No olvides levantar la mano o un dedo para saludar a los automovilistas que se aproximan: es un gesto de cortesía y hospitalidad.
Aunque en las zonas rurales puede que tengas que apartarte debido a la alocada velocidad a la que circulan por las calles estrechas, la situación en las arterias principales es muy distinta.
Te aconsejamos que prestes mucha atención al uso del cinturón de seguridad y a los límites de velocidad para evitar las desagradables multas de los radares.
Conducir por la izquierda significa circular por el carril más a la izquierda de la calzada y tener invertidas las posiciones del volante y la caja de cambios. Con un poco de práctica pronto te familiarizarás con estas diferencias.
Sin embargo, presta atención a:
Existen algunas diferencias en los límites de velocidad entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte.
Aunque los límites de velocidad en Irlanda del Norte pasaron hace unos años de millas por hora (mph) a kilómetros por hora (km/h), en muchas zonas siguen expresándose en millas.
Veamos los límites de velocidad en detalle.
Veamos algunas de las normas del Código de Circulación irlandés que debes recordar para conducir con seguridad:
El estado de las carreteras en Irlanda ha mejorado notablemente.
Aunque hay diferencias considerables entre las calles de la ciudad y las carreteras secundarias del campo, a menudo mal mantenidas y llenas de baches, las obras de modernización y mantenimiento empezaron hace algún tiempo gracias a las subvenciones europeas.
Lo que antes eran carreteras muy estrechas y mal señalizadas , como el Anillo de Kerry, ahora se han renovado, ensanchado y señalizado bien. Esto facilita los desplazamientos de los turistas y contribuye a facilitar la conducción, gracias también a la creación ad hoc de aberturas que les permiten detenerse para la inevitable oportunidad fotográfica.
También han construido nuevas autovías para conectar las principales ciudades de la isla, como Dublín y Galway o Dublín y Cork. Son vías de tráfico con carriles anchos y numerosos, sin peajes de autopista, bien mantenidas y llenas de señales. Están sustituyendo poco a poco a las viejas carreteras llenas de baches de hace unos años. Aunque cortan el paisaje y quizá hagan que viajar sea un poco menos característico, sin duda han mejorado el sistema de carreteras y han agilizado las conexiones entre las principales ciudades.
Sin embargo, ten cuidado: aunque muchas carreteras se han ensanchado, a menudo te encontrarás viajando por calzadas anchas que de repente se estrechan considerablemente, pasando de ser autopistas en toda regla con carriles separados a carreteras nacionales normales de doble sentido, salpicadas por repentinas rotondas que aparecen delante de ti.
Las grandes carreteras de Irlanda del Norte, en cambio, son anchas y con una circulación excelente. Sus arcenes permiten a los coches lentos desplazarse hacia la izquierda desde una línea amarilla no continua para poder ser adelantados.
La señalización irlandesa es muy curiosa: las señales en el suelo están muy extendidas, las verticales son difíciles de ver, sobre todo en las zonas rurales. Algunas señales de tráfico están semiocultas por la vegetación, otras están torcidas o colocadas justo en el punto donde vas a girar y, por tanto, son difíciles de leer, otras aún con indicaciones poco fiables. Las distancias indicadas pueden ser incluso fantasiosas y hay casos en que los kilómetros aumentan cuanto más te acercas al destino indicado. Muchos, por otra parte, son absolutamente impresionantes para fotografiar.
Otra cosa que hay que recordar en la República es que todas las señales y nombres de lugares están tanto en gaélico como en inglés. Pero en Gaeltachtai, la zona donde la cultura gaélica está fuertemente arraigada, sólo se utiliza por ley la lengua irlandesa/gaélica, tanto en las señales de tráfico como en los mapas más importantes.
Hay, sin embargo, mapas detallados, normalmente utilizados por los turistas y distribuidos a través de la Oficina Irlandesa de Turismo, que llevan tanto el irlandés como el inglés. Las zonas en cuestión, sin embargo, están bastante circunscritas y, con la ayuda de un buen mapa y, sobre todo, de los serviciales y amables lugareños, será difícil perderse.
Cuidado con las multas de aparcamiento.
Esta es otra área en la que aflora el rigor irlandés en el cumplimiento de las normas.
En Irlanda del Norte, en todas las ciudades y pueblos hay Zonas de Control, indicadas con señales amarillas o rosas, en las que, por razones de seguridad, está siempre prohibido dejar el vehículo sin vigilancia.
Para esta parte de la isla, hay que decir dos palabras sobre el riesgo de los controles de carretera. Durante el período caliente de los Conflictos, se establecieron controles en las carreteras principales de la provincia. Hoy en día, viajando tanto por el centro de Londonderry como por las remotas montañas de Sperrin, todavía es posible toparse con algún control de carretera, pero cada vez son menos frecuentes y dependen mucho del clima político del momento. Los controles pueden estar a cargo del ejército o de la policía: como turistas, sólo comprobarán tu documentación.
Hay surtidores de gasolina en casi todas partes. Pero siempre es mejor comprobar tu situación antes de visitar una zona especialmente aislada y remota, para evitar cualquier disgusto.
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